Venecia tiene muchos lugares maravillosos siempre cerrados al público, pero este año las muestras de la Bienal de Arte se extendieron abriendo espacios escondidos, en forma libre y gratuita.
Uno de ellos es "claustro de la Trinita", al centro del monasterio del "Frari" (frailes, en dialecto).
Un claustro franciscano de proporciones perfectas (proyectado por Palladio a fines del 1500) y que gracias a la Bienal abre sus puertas con una "vida distinta". Se exponen obras de artistas y diseñadores que tienen en común el uso de las resinas como medio de expresión. Las 44 columnas de los pórticos alojan una selección de variadas esculturas contemporáneas, y en el corazón del claustro... se puede disfrutar del equipamiento urbano que los diseñadores proponen y ponen a disposición del visitante curioso.
Un encuentro afortunado que regala un rato de confort, con calma de monasterio y el arte como entretenimiento de ayer y de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario