en noviembre

esta semana todo el norte de Italia sufrió lluvias exageradas,
300 milímetros en tres días con ríos desbordantes y toneladas de barro en circulación
En Venecia la experiencia de las acquas altas nos impone una resignación casi natural...
pero en estos días los bares insisten en hablar de valores meteorológicos,
precipitaciones milimetradas y estadísticas catastróficas.
Se habla con un tono experto y científico que oculta el miedo...
temor secreto de que una marejada arrase la ciudad
una amenaza que todos sabemos posible ...
porque las acquas altas son producto de dos factores:
la marea astronómica y la marea meteorológica
y si ambas fueran extremas y simultáneas la ciudad tendría pocas chances.
La experiencia del 66 dejó la conciencia oculta de vivir en el peligro
como los que viven la falda del Vesubio
o a caballo de la Falla de San Francisco...
Todos quisiéramos creer que las compuertas en construcción
serán efectivas, que sólo faltan  algunos años...
pero el fantasma del riesgo se presenta puntualmente cada noviembre.
Se habla como catarsis, quisiéramos ser expertos pero sin riesgos
como los estudiosos de un extraño dinosaurio
que sabemos gigante ,poderoso, natural, pero absolutamente extinto.