sábado, noviembre 20

la Salute


en el 1630 un conde, en viaje de negocios, trajo a Venecia la peste. Duró todo un año y ocasionó 80.000 muertos. En la memoria de la época todavía estaba fresco el mecanismo aplicado en 1575 y que dió origen a la Iglesia del Redentor Con cierta naturalidad experta el Dodge Giovanni Tiepolo ordenó la construcción de un puente de barcas y colocó la piedra fundametal de una promesa que ésta vez se hizo a la Madonna: una Basílica Mariana, sede de una fiesta que se realizará cada año que la ciudad se mantenga libre de peste. La obra quedó en manos de  Baltasar Longhena que propuso el agradecimineto con un templo simbólico en forma de corona. La Basílica di Santa Maria della Salute es un festejo de mármoles que cambió para siempre el perfil de la ciudad.

Esta noche manos laboriosas montarán el puente flotante que cierra la entrada al Canal Grande, tarea imprescindible para permitir el paso de todos los habitantes que mañana irán a encender su vela en nombre de la Salud. Dentro de la Iglesia un pequeño ejército de monaguillos  se ocupará de vestir el templo. Las columnas monumentales se cubrirán de damascados rojos y la  virgen bizantina del altar mayor lucirá por un día joyas de honor resplandecientes ante enormes plataformas de velas agradecidas.
Todos  pasarán a cumplir el rito mas allá de sus creencias, casi una seguro de salud renovado anualmente y que además marca el inicio oficial del clima navideño.
Este año la fiesta me encuentra a  muchos kilometros de distancia, bajo una luz no tan invernal, pero a pesar de las distancias el calendrio veneciano se lleva en la memoria de los sentidos.  Para  evitar inconvenientes recuerdo a mis amigos locales de ocuparse de encender mi vela protectora , de brindar en mi nombre con el novello correspondiente y de dejarse llevar por las calles guiados por el perfume gentil de las castañas calientes...

No hay comentarios: