lunes, septiembre 20

septiembre


El mes de septiembre trajo una superposición de eventos que agitaron la vida.
Empezamos con la Regata Histórica, seguimos con la Bienal de Arquitectura y cerramos con el Festival del Cine de Venecia. Fiestas que invaden la ciudad, ocupan los espacios y hasta se meten por las ventanas. Imposible no enterarse, improbable, no participar. Como una ola que llena los días de citas, horarios, fiestas y espectáculos, para luego  retirarse dejándonos contentos, cansados y con mil cosas para comentar.El calendario mantiene todo el año salpicado de sacudones que "ventilan" el cotidiano y nos otorgan un poco de anonimato. Según los últimos datos, en Venecia viven sólo 65.000 personas, pero se rumorea que los habitantes estables son unos 45.000. Y aunque no nos conocemos todos... nos reconocemos  con un solo vistazo . Siempre los mismos y en un espacio limitado...hasta la llegada de un gran evento sal-va-dor! Una ciudad pequeña pero con "citas internacionales" que traen novedades y las ultimas de la vida "contemporánea". Un "pueblo chico" que no llega  nunca al "infierno grande". Pasan los años y todavia me sigue sorprendiendo la naturalidad con la cual esta ciudad sabe atraer al mundo entero. Como una tradición, inconsciente ,de que por aquí "tienen" que pasar todos . Y no se sabe cómo pero lo logran... todos pasan.
En septiembre es fácil ver la gran estrella de Hollywood, el politico extranjero o el arquitecto de moda, cruzando puentes, caminando sin remedio y sacando fotos adoquier. Una paridad impuesta por la ciudad que nos regala un ambiente democráticamente mundano. Ajetreo organizado que igual no logra diluir la tristeza de darnos cuenta de que se nos terminó el verano.

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