Los precios de hotelería y servicios se han incrementado en un 30% confiando en la llegada de 600.000 turistas apasionados por la navegación a vela.
El mantra de la crisis se detiene por un par de días y todos se preparan a simular una vida maravillosa y feliz: los bares, con autorizaciones especiales, ofrecen música en vivo y horarios extraordinarios, los restaurantes llenan sus congeladores con platos que venderán a precio de oro, los controles de billetes del transporte se intensifican, y los negocios de souvenirs compiten exhibiendo las últimas novedades recién llegadas desde China. Un espíritu deportivo-elegante-náutico viste la ciudad de la mano de sponsor prestigiosos que invierten fortunas en publicidades y vidrieras tentadoras.
Para los que adoran la navegación a vela un consejo: sigan el evento por televisión y ni si acerquen por aquí, se ahorrarán el disgusto de sufrir la maquinaria de la especulación desenfrenada. Pero si la intención de participar es inevitable... mas vale contar con un presupuesto económico suficiente. Porque como publican los mapas y revistas correspondientes: éste es un evento de lujo para gente de "vera classe". Todos los demás nos iremos a disfrutar del sol en alguna playa alejada . Si quieren, llevo la pelota de volley y la pasamos bomba!
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