martes, marzo 8

opinión


Ayer, lunes entraron a Venecia 60.000 personas. Los periódicos gastan miles de palabras en describir los eventos y el éxito de este carnaval 2011. Yo salí a caminar varias veces , en diferentes horarios y lo que ví no coincide en absoluto con la versión periodística. Se reconoce un mecanismo ya muy repetido y que parece un karma inevitable. El Comité del Carnaval  crea una gran máquina publicitaria, alimentando ilusiones y fantasías. Instalan un gran palco en San Marcos, donde se debe pagar para ver una o dos tonterías incomprensibles, relatadas por locutores siempre a volumen máximo.
He visto masas de personas caminando con dificultad por las estrechas calles venecianas, todos en busca de eso que hay que ver , eso que tanto publicitaron... sin encontrarlo jamás. Y la forma del laberinto veneciano les hace pensar que fueron ellos los que no encontraron la fiesta, porque estaban en otro lugar o en el horario equivocado. Para conformarse  sacan fotos desesperadas a los disfrazados que son el único evento real de la fiesta. Máscaras que son totalmente privadas, gente que decidió venir a divertirse a la ciudad y que no saben de ser la única verdadera atracción.
De toda esta farsa quiero excluir claramente todas las actividades que se realizaron en los Giardini, el Carnevale dei Ragazzi a cargo de la Biennale di Venezia . Una lección de entretenimiento y diversión que también tiene su mérito en los chicos que son un público realmente exigente... si hay diversión se divierten y sino se aburren y lo manifiestan.
Esta noche el cierre será un Gondolata Silenciosa, desde Rialto a San Marcos, un cortejo a puro remo, en silencio y al al luz de leds, en clima de reflexión ante la crisis energética. Visto que la consigna es el silencio puede ser que por algún rincón logremos sentir alguna música , bailar y con suerte... reirnos un rato.

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